El sexo es salud (y buen humor)

orgasmo

Si exceptuamos, para los defensores del creacionismo, a Adán y Eva, todos los seres vivos provenimos del encuentro sexual de nuestros progenitores, nuestra mamá y el señor que la fecundó, sea o no el mismo que cree que es nuestro papá. Sí: acabamos de darle un nuevo sentido al latinajo “pulvis es, et in pulverem reverteris” (“polvo eres y al polvo regresarás”). Como chiste es malo, pero reconoce que oportuno.

Eso: que todos, por más que nos moleste imaginarnos a mamá y a papá (o quien sea) en determinadas actitudes, descendemos de un encuentro carnal. Pero el sexo perdió su exclusividad como actividad reproductiva hace ya tiempo.

Esa idea de asociar el encuentro carnal y el tener niños tenía su razón de ser cuando, más que un niño, lo que venía en camino era mano de obra barata o un cristianito que pagaría sus diezmitos, dispensitas y prebenditas varias a la mafia seglar o religiosa: Hoy por hoy, por mucho que determinadas instituciones no se hayan dado cuenta, eso ya no tiene razón de ser.

El sexo como juego saludable

Así, pues, el acto sexual, si dejamos que la función reproductiva comparta protagonismo con otras, se convierte en algo más lúdico, desprovisto de un sentido de pecado que, mientras no exista nadie que salga perjudicado o contra cuya voluntad se actúe, no tiene razón de ser.

Pero también podemos pensar (y en eso vamos a centrarnos) en el sexo como salud, tanto física como mental. Primero, en lo que se refiere a salud física:

Mejoras físicas

relax

Para empezar, en experimentos realizados a lo largo del siglo XX, la comunidad científica ha demostrado que la excitación y el orgasmo favorecen una mejor respiración o que la sangre circule mejor, gracias a las mejoras en aparato cardiovascular.

Del mismo modo, el placer sexual alivia las molestias propias de la menstruación, además de los síntomas de la artritis y de la osteoporosis, reforzando también el sistema inmunológico. También cabe reseñar que aumenta la forma física en lo que se refiere a fuerza, flexibilidad y tono muscular. Estéticamente, el sexo tampoco nos perjudica en absoluto: la piel se ve más sana y atractiva; los ojos brillan más; y el cabello resulta más reluciente.

Como vemos, esa actividad que se consideraba (aún hoy hay quien piensa así) sucia, pecaminosa… y todo eso, redunda en una inmensa cantidad de beneficios para el cuerpo (además de los evidentes y que, como tales, no vamos a mencionar). Pero habíamos dicho que el orgasmo también es beneficioso para la mente, para el espíritu:

Mejoras psicológicas

Podemos empezar diciendo que ya en la época victoriana se consideraba el sexo y el orgasmo como una cura del histerismo. Pero vamos a fundamentarnos en la más moderna de las armas: la argumentación probada y razonada.

El sexo y el orgasmo provocan una reacción que libera en el cerebro las llamadas endorfinas. Por no complicarnos demasiado, diremos que son las hormonas responsables del placer. Pero es que además combaten eficazmente la depresión y la ansiedad, aumentando, también, la vitalidad.

Para reforzar el argumento científico de este último párrafo vamos a recurrir a la siempre respetable sabiduría popular: Piensa en esa persona que siempre está amargada, de un mal humor que pretende contagiar a todo aquel que la rodea ¿Qué suele decir la gente cuando habla de él o de ella a sus espaldas?: “Es@ lo que necesita es un buen…” Pues eso.

Un spa gratis

bienestar

Párate a pensar en todo lo que te he contado hasta ahora. Bueno, en la parte más o menos seria de lo que te he contado… ¿Te has dado cuenta de que tienes la respuesta a una buena cantidad de problemas de salud, física o mental, muy a mano? (No: lo de “a mano” no era un juego de palabras).

Estoy convencido de que médicos y psiquiatras tendrían bastante menos cola en sus consultas si recetaran sexo, en lugar tantas pastillas y compuestos químicos de dudosos efectos secundarios.

Señor ministro:

Que sitios como La vie en rose tendrían que tener algún tipo de convenio con la Seguridad Social, vaya. Hombre: no digo que a don Fulano le receten por sistema una hora con una rusa espectacular y que doña Mengana se tenga que comer los cuernos con patatas… O que la receta sea para las migrañas de doña Mengana y don Fulano se convierta en cornudo por prescripción facultativa.

Se trata de intentar llevar, cada uno en su casa, a su manera y de acuerdo a su edad y condiciones, una vida sexual tan sana y plena como sea posible. Pero ese es el punto. No siempre se puede en casa, por los motivos que sea, llevar una vida sana en ese sentido.

Lo dicho: no estaría de más que por prescripción del médico o del psiquiatra llegáramos y una chica de La vie en rose nos curara parte de los males cobrando parte de los honorarios de la Seguridad Social…